En la agricultura de nuestro país los daños que ocasionan las plagas son frecuentes e importantes, con los insectos se asocian numerosas enfermedades virosas y además otras causadas por hongos y bacterias, que necesariamente tienen que combatirse para controlar los daños en los cultivos que pueden disminuir los rendimientos, la calidad y fitosanidad de las cosechas.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) se basa en prácticas culturales orientadas al control, el grado de tolerancia de las plantas a resistir daños, el uso de depredadores, parasitoides y patógenos naturales, así como la acción de factores naturales de mortalidad de las plagas.
Mediante estas estrategias, las plagas son tratadas desde el punto de vista ecológico, tomando en cuenta las especies que forman parte del ecosistema del cultivo.